CRACK (Final)
ANDREA AGUILAR
Tanto en Platón con en Marx es común el intento de llevar a la practica las ideas políticas y para los dos, los filósofos, no solo están para interpretar el mundo sino para transformarlo.
Si el obrero con su trabajo no puede cubrir sus necesidades básicas, si tiene miedo a perder su trabajo, si la manipulación y la falta de formación no te permite pararte a “pensar”, eres solo lo que el capitalismo quiera que seas en cada momento para seguir desarrollándose y acumulando riqueza en unas pocas manos, hoy “obrero fiel”, mañana solo “consumidor”.
El capitalismo ha desarrollado y mejorado las formas de manipulación, con los cambios tecnológicos también han aumentado las formas de control y manipulación, también influye en lo que sentimos como necesidades, podemos tener un gran móvil y una gran televisión y no tener derecho a la salud o estar mal alimentados, parecer que somos mas libres para elegir y al mismo tiempo estar mucho mas controlados.
¿Cómo pasar de ser manipuladas y explotadas a “pensar” como cambiar la realidad? No dejándonos llevar por las necesidades artificialmente creadas haciéndonos las preguntas correctas y reflexionando sobre que hacer frente a esa realidad.
ELENA QUILES
Con el trabajo que hemos hecho basado en el ''Eîdos capital'' hemos podido llegar a darnos cuenta de como la sociedad ha estado sometida constantemente a la manipulación tanto de medios de comunicación tanto con las personas que gobiernan. Haciendo que las personas apenas tengan un 'vía de escape' ante su manipulación.
Llegando a la conclusión de que la forma de liberarse sea pensar en todo lo que ha sido sometido, hasta el punto de darse cuenta que lo único que tienen es su propio trabajo el cual se ven obligados a intercambiar por un salario que lo ayude a (sobre)vivir.
JOSE LUIS VÁZQUEZ
Para elaborar este proyecto, la primera idea que surgió fue la perplejidad
ante que los obreros sometidos a ser obreros de por vida no se rebelen, que
acepten que estarán siempre sometidas por otras personas solo por haber nacido en una determinada
familia o lugar. Es difícil de entender que no se subleven, y más que ni
siquiera se cuestionen por qué son menos que otras personas solo por tener un
“apellido” diferente, entonces nos preguntamos por qué sucede esto.
En principio, lo primero que se nos ocurre es que el obrero sometido está
muy “ocupado” con sus urgentes preocupaciones, un obrero por naturaleza va a
preocuparse primero por comer, tener un techo y asegurárselo a sus hijos antes
que plantearse por qué está explotado. Es decir, el obrero no ve más allá de
sus preocupaciones diarias básicas. La pregunta ahora es ¿por qué no ve más
allá?
El “empresario capitalista” tiene la respuesta, él es quien
consigue que no vea más allá. Lo hace explotándolo, si el obrero tiene que
trabajar 10 horas diarias, lo hará, necesita ese dinero para sobrevivir, no es
libre de elegir, tiene que satisfacer de sus preocupaciones básicas. Además
esto también provoca que no le quede apenas tiempo para reflexionar, no hay
tiempo para “aburrirse”. Esto es fundamental, la civilización avanza gracias a
la reflexión, y un obrero no suele reflexionar, tiene “problemas más urgentes”
y si no los tiene, los poderosos le proporcionan métodos para estar entretenido
continuamente y no tener que pensar, por ejemplo la televisión o los deportes
de masas. El problema es que no nos damos cuenta, estamos demasiado “dentro de
la caverna” como para verlo. Los que realmente manejan los hilos del mundo son
quienes nos quieren entretenidos, y consiguen que millones de personas vean
programas de televisión tan repugnantes como “Sálvame” o que gran parte de la
población piense que su gran objetivo en la vida es que su equipo de fútbol
levante un título.
Es muy difícil escapar de estos mecanismos de manipulación,
nos provocan adicción y disfrute, y si a esto le sumamos que todos tenemos que
preocuparnos por comer y dormir, la reflexión “desaparece”. Esto, por desgracia
es bastante normal, el ser humano siempre va a luchar primero por sobrevivir.
Es imposible que un obrero renuncie a su trabajo a pesar de que esté explotado,
necesita el dinero urgentemente. Este hecho, el que un obrero acepte su papel
de obrero y no piense más allá, es la “violencia estructural” que existe en la
población, esa “violencia invisible” que hace obrero a un obrero y capitalista
a un capitalista.
Entonces, ya es
complicado sublevarse contra esta “violencia estructural”, pero el problema se
complica más cuando vemos que cuando un obrero empieza a “pensar”, los
mecanismos de propaganda de las altas esferas empiezan a funcionar para
exterminar cualquier pequeña idea que pueda ponerlos en peligro.
Todo este proceso, se ve de forma clara y contundente en la
historia del Sr Peel, narrada en El Capital, obra de Karl Marx. Este
señor capitalista intentó montar una empresa en Nueva Holanda llevando consigo
todo lo que él creía necesario, pero no tuvo en cuenta que el obrero allí no se
veía obligado a someterse a él. Podían sobrevivir por ellos mismos, no
necesitaban el dinero, eran felices con “plátanos y guitarras”. En este momento
aparecen los mecanismos de defensa de los poderosos, tenían que buscar una
forma de someterlos, necesitaban que los capitalistas recobraran su importancia en la vida cotidiana
del obrero, y lo consiguieron destruyendo todo aquello que les hacía felices y
les permitía vivir. Ahora, los obreros necesitarían las miserias que ganan en
fábricas para cubrir sus necesidades más básicas.
Exactamente esto es lo que sucede actualmente, los poderosos
nos han quitado nuestra autonomía, y estamos completamente sometidos a sus
decisiones. Pero esto parece no preocupar demasiado, de hecho, gran parte de
los obrero están en un lugar tan profundo de la Caverna que pese a no poder comer más que pan,
permiten que gobierne la derecha neoliberal.
Creo que me gustan más vuestros textos que el comic, más que nada porque en él no aparece nada de lo que muy atinadamente exponéis en este post. Respecto a lo que dice Jose de lo difícil que es combatir la situación, hago mía la reflexión de Byun Chul Han: Hoy no solo es posible vivir sin indignarse sino que, al habernos convertido en simples consumidores, la ciudadanía no tenemos interés real por cambiar las cosas, sólo refunfuñamos y nos quejamos, igual que los consumidores ante las mercancías o los servicios que no gustan. Por eso es tan decisivo aprender a pensar, conseguir recordar esa anterioridad que es el Ser y que, en el terreno político, se llama Poder
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